martes, febrero 6

FEP se pronuncia sobre caso Hildebrandt


La peligrosa e incosistente propuesta de la doctora Hildebrandt Perez - Treviño


Por: Yomar Meléndez Rosas



Las veraniegas vacaciones universitarias han sido remecidas por una especial propuestas de la señora Martha Hildebrandt: Que los estudiantes de universidades públicas proveniente de colegios "particulares" paguen mensualmente la mitad del total de lo que pagaban en sus respectivas escuelas. Esta iniciativa, respladad apresuradamente por algunos especialistas merece, sin embargo, una detenida evaluación.

Lo primero que debemos analizar, centrando nuestra atención en la Exposición de Motivos de la iniciativa legislativa, es si las cifras sobre alumnos que proceden de colegios privados en tres universidades públicas de Lima (UNMSM, UNI y UNALM) expresan el promedio nacional. Veamos. En el Perú existen hoy 85 universidades (50 públicas y 35 privadas) en las cuales estudian aproximadamente 460 mil alumnos; si sumamos la población estudiantil de las instituciones universitarias referidas apenas llegamos al 10%, porcentaje con el cual no podríamos hacer una proyección adecuada máxime si consideramos nuestra heterogénea realidad.
En segundo lugar en el documento aludido se señala lo siguiente: “Si una familia está en capacidad de pagar una educación secundaria, lo más probable es que también lo esté para pagar una educación superior” (sic). Conclusión timorata y apresurada que no considera el sacrificio de miles de padres de familia pertenecientes a los sufridos estratos medios y populares que realizan un esfuerzo extraordinario por otorgarle a sus hijos mejor formación que la ofrecida en la abandonada educación básica pública y que, remontando dificultades, apenas logran cubrir los costos de preparación preuniversitaria, admisión, matricula y tasas educativas de sus familiares. Conclusión además tramposa, pues pretende hacer pensar a la mayoría de la gente que en esos colegios privados se paga como en el Markham College cuando todos sabemos que muchas veces las pensiones apenas superan los cien nuevos soles.
En fin, las debilidades de la propuesta encontradas en la Exposición de Motivos son evidentes, y demostrarían que se ha trabajado con mucha improvisación e ignorancia; esto explicaría por qué la proponente en una reciente entrevista televisiva mostró su intención de retirar la iniciativa. Por otro lado considero importante ir al fondo del asunto tratando de desentrañar los peligros del mencionado proyecto.

A estas alturas del proceso político peruano gran parte de nosotros conoce a quién representa el fujimorismo. Su ligazón con lo más corrupto de la sociedad se demuestra con las decenas de ex autoridades encarceladas, procesadas o fugadas; su proclividad a privatizar todo para beneficiar a reducidos grupos económicos es también harto conocida. Y aquí radica, precisamente, la mayor amenaza. De aprobarse este proyecto de ley las puertas de la privatización de la educación superior y de la eliminación absoluta de la gratuidad de la enseñanza se abrirían de par en par.
La expresión elimnación absoluta de la gratuidad no es imprecisa. Por el contrario, a contracorriente de lo dicho por muchos, en las universidades públicas ya se paga por concepto de matricula, carné, certificados, diplomas, exámenes de grado y otros rubros, cantidades que, en algunos casos, terminan equilibrando el presupuesto general pues casi la mitad de los fondos se obtienen de la partida “recursos directamente recaudados” (San Marcos, por ejemplo). En otras palabras, actualmente los alumnos contribuyen financieramente con su institución a veces en proporciones comparables a las del Estado.


Tienen razón entonces los estudiantes organizados en la gloriosa Federación de Estudiantes del Perú (FEP) al oponerse y alertar a sus agremiados y padres de familia de los peligros privatizadores de la propuesta de marras considerando que una pensión mensual para los egresados de las escuelas privadas ahora puede transformarse en un pago de pensiones “simbólico” y permanente si tomamos en cuenta la tendencia estatal de desentenderse de sus responsabilidades educativas. Es correcta también la iniciativa estudiantil que sugiere la creación de un Fondo Especial para el Desarrollo de la Educación Superior constituido por impuestos a bebidas alcohólicas, juegos de azar o sobreganacias mineras, como una forma de que “los verdaderamente ricos financien a los pobres”. Ojalá que sus puntos de vista esta vez sean escuchados.

Lima, 1 de Febrero de 2007.